DESAFÍOS...

"...sólo los que se atreven a llegar lejos, son capaces de llegar a saber lo lejos que pueden llegar..."
T.S. Elliot

domingo, 6 de junio de 2010

ARENA Y DUNAS





Hoy estoy contento, es uno de esos días en que doy gracias por vivir, aunque no haya pasado nada especial, me voy a la cama con una sonrisa.
Esta mañana tocó jornada ciclista, acompañar (de nuevo desde la barrera, esperemos que sea la última vez) a los bravos corredores que se atrevieron a participar en la carrera "GRAN FONDO EL OLMO", organizada (y con mucho mérito) por la Asociación de Vecinos del mismo nombre en Pontedeume. Bonita carrera, 19 kilómetros muy duros pero con unas vistas impresionantes, organización esmerada y apetitosa churrascada final amenizada por charlas y saludos varios. La verdad es que disfruté mucho, a ver si en la próxima edición participo y me quito la espinita que tengo.

Y tras reposar el churrasco llegó la alegría del día, el campeonísimo Rafa Nadal volvió a darnos otra alegría, ganando su quinto Roland Garros tras un partidazo por culpa del que debo tener unas cuantas canas más y un par de años menos de vida....

Jugar contra Nadal en tierra batida es como atravesar el Sahara, sólo ves arena y dunas, nunca ves el final" (Kevin kim, jugador estadounidense tras ser arrasado por nuestro campeón en el año 2006). No tengo ni idea de qué fue de este jugador, pero se ve que la comparación le salió del alma, se hace uno perfecta idea de lo que sufrió en ese partido.


Tras el triunfo tocó tarde de arena, pero de otra clase, de la que se disfruta, tres magníficas horas de playa con sus correspondientes baños en un agua a 18 grados que me han dejado como nuevo. Mañana a mediodía, primer rodaje, a ver qué tal.

Hablando de arena y desiertos, aprovecho para copiar una de esas frases que se me quedan en la memoria, ésta es del autor de "El PRINCIPITO": "Lo que embellece el desierto es que en alguna parte esconde un pozo de agua". Nunca me entusiasmó ese librito, a pesar de su gran fama. Me gusta mucho más la historia de su origen, digna de una novela de aventuras. Parece ser que el francés Antoine de Saint-Exupery, aviador además de escritor, cruzaba el desierto del Sahara intentando volar más rápido que nadie la distancia que separa París de Saigón. Al sobrevolar la parte de Libia se vio obligado a hacer un aterrizaje forzoso, que le obligó a pasar, junto con su navegador, cuatro largos días en el desierto con solo unas pocas uvas y un par de naranjas, hasta que fueron salvados por un beduino. La deshidratación que sufrió le causó alucinaciones y espejismos. A esta dura experiencia parece que hace referencia su célebre fábula del niño rubito. Esta obra, pese a ser corta y considerarse un relato para niños, es una metáfora sobre la amistad, el amor y el sentido de la vida, aunque ya digo que a mi no me emociona.


Gracias Nadal por darnos alegrías, y a sus rivales ánimo, ya se sabe, aunque jugar contra él sea como cruzar el desierto, siempre hay un pozo de agua....

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