DESAFÍOS...

"...sólo los que se atreven a llegar lejos, son capaces de llegar a saber lo lejos que pueden llegar..."
T.S. Elliot

jueves, 10 de junio de 2010

LAS CARPETAS EN EL PECHO


En el telediario del otro día pusieron un reportaje sobre la Selectividad, ese temible examen en el que te juegas cursar la carrera de tus sueños a una sola carta. La verdad es que recuerdo como si fuera ayer mi experiencia, curiosamente como algo agradable, incluso había ligado y todo, que ya es decir. Sólo pasé nervios en el camino de casa a la universidad, hasta el momento de encontrarme a todos mis amigos en la puerta de la facultad donde nos tocaba examinarnos, en el CUVI (Colegio Universitario de Vigo). Por lo visto este año ha cambiado totalmente esta prueba de acceso. La verdad es que no le presté mucha atención a la noticia en sí, pero me hizo gracia ver a un par de chicas corriendo alborotadas apretando en su pecho las carpetas y riéndose sin parar.

Comenté en otra entrada que en la mudanza que hizo mi familia de Vigo a Cabañas se perdió, aparte de mucha ropa, un autógrafo de Butragueño (¡ayyyyy!, me entristezco sólo pensarlo). Ojalá solo hubiera perdido eso, también se "extraviaron" (osea, que acabaron en la basura, supongo) mis libros del colegio, por muchos de los cuales daría ahora un riñón (especialmente por el libro de historia de COU) y lo que es peor, mis carpetas de BUP y COU, que venían a ser la versión “casera” de los anuarios esos que hacen los chicos de las series americanas.

No sé si seguirán haciendo lo mismo los jovenzuelos de hoy en día, pero nosotros decorábamos esas carpetas clasificadoras con pestañas para cada asignatura con un interés digno de un estudio psicológico. Cada carpeta reflejaba perfectamente los gustos y casi diría la personalidad de cada alumno.

Recuerdo quedar con algún amigo en su casa los primeros días de colegio (como fui a un privado siempre digo “colegio” no instituto) para un ritual tradicional: forrar la carpeta. Los pequeños la forraban con pegatinas de la serie V,¡lagarto, lagarto! Nosotros, los mayores, no. Al principio la temática era fundamentalmente deportiva, así hubo la época del baloncesto, en la que mientras mis amigos decoraban la carpeta con fotos de jugadores de la NBA yo llevaba a los del Clesa Ferrol y el Real Madrid; También, claro, la época del fútbol, como yo al Buitre le tenía idolatrado mi carpeta estaba dedicada a él; y por supuesto los coches y las motos (y eso que Alonso yo creo que aún gateaba)

Posteriormente con el desparrame hormonal, lo que se llevaba eran las modelos y actrices de moda (ahora serán más que cincuentonas, pero entonces Kim Basinguer y Michelle Pfeiffer eran las más solicitadas). No nos escapamos de las marcas de ropa (Levi´s; ropa surfeira etc…) y, por supuesto, de los grupos musicales. Este último motivo era como una seña distintiva que separaba las pandillas (medio heavis, heavis enteros, pijos, “normales”, rockers…). Por cierto que teníamos la costumbre de dejar la carpeta colocada entre el respaldo de la silla y nuestra espalda, a modo de cojín, nunca se me había ocurrido pensar eso..

Las carpetas de las niñas solían parecer un collage de la revista Superpop (¿existirá aún?) con los guaperas del momento, desde cantantes greñudos como Bon Jovi y los Europe; pasando por melosos tipo Glen Medeiros (merdeiros, decíamos nosotros), Rick Astley o Jason Donovan, de muchos de los cuales nunca más se supo; hasta otros estilo Spandau Ballet o cosas por el estilo. A alguna de esas niñas, formales y elegantes madres en la actualidad, se les podría chantajear con fotos de sus hombreras exageradas y sus carpetas forradas con fotos de…¡Michael Night! Jaja, madre mía….

En el interior había de todo, apuntes, fotos, cartas…y sobre todo muchísimas anotaciones: direcciones, teléfonos, poesías, letras de canciones, chuletas, dibujos,…En fin, lo dicho, una pena haberlas perdido, verlas ahora sería como ver “aquellos maravillosos años” la serie de Kevin Arnold.

Y aquí mientras tanto sigue lloviendo, a ver si para un poquito que mañana toca correr...

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