DESAFÍOS...

"...sólo los que se atreven a llegar lejos, son capaces de llegar a saber lo lejos que pueden llegar..."
T.S. Elliot

domingo, 4 de julio de 2010

VEN A LA FIESTA, LA FIESTA MEDIEVAL...




..TENGO UN CASTILLO CON MESAS DE NOGAL (Los Nikis)



Aunque hoy tocaría hablar del agónico (para nosotros) triunfo de la Selección española en Sudáfrica (¡POR FIN EN SEMIFINALES! aunque a mí casi me dan 4 infartos) voy a esperar a celebrarlo por si acaso hoy el gran Nadal nos da otra alegría en Winbledon y lo celebramos por partida doble. Así que hoy toca hablar un poco de la comarca.
Cuenta la leyenda que hace muchos, muchos años vivía en las tierras que baña el río Eume una hermosísima y riquísima joven que poseía todas las tierras que hay a ambas orillas del río. Un día, quizás aburrida, decidió visitar sus posesiones de la ribera opuesta, por aquel entonces no había puente que lo atravesase, pero como el río era poco caudaloso lo cruzó en una pequeña barca. Tanto le gustaron estas tierras (claro, estamos hablando de Cabañas, no es por nada), que se entretuvo más tiempo del esperado y cuando decidió volver a su castillo el río había crecido de un modo asombroso, hasta el punto de haber arrastrado la pequeña embarcación y sus tripulantes.
La damisela en cuestión no sabía qué hacer, pero de pronto se presentó a su lado un apuesto y elegante joven que le propuso la posibilidad de cruzar el río de forma rápida y sin peligro, con la única contraprestación que la de firmar con su sello de nobleza un pergamino que él mismo llevaba. Sin pensarlo, debido a las prisas (que como todos sabemos son malas consejeras) la noble joven rubricó el pergamino sin leerlo (mal asesorada estaba). En ese mismo momento, en medio de una diabólica humareda que impregnó la zona de olor a azufre, apareció el enorme puente de piedra que cruza el río Eume, precursor del actual.
Como las imprudencias se pagan (cada vez más caras, como decía el anuncio) un tiempo después el joven se presentó en el castillo de la dama, resultando no ser otro que el Demonio en persona que reclamaba el pago de la deuda. El pergamino rubricado contenía el compromiso de la joven de entregar su alma al Diablo cuando éste se lo reclamase, y ese momento había llegado…El Demonio llevó a la doncella a la parte más elevada del puente y le ordenó que se arrojase a las frías aguas del río. Angustiada, la dama pidió protección al Espíritu Santo, que acudió en su ayuda y obligó al diablo a abandonar a su presa, desapareciendo para siempre.
En el lugar de estos hechos la noble dama mandó construir una capilla y, desde entonces, al puente lo llamaron Ponte do Demo, que quiere decir Puente del diablo, y así fue derivando en Ponte-demo... Ponte-deume...
Esta es una de las muchas leyendas sobre el origen de este puente que fue el más largo de Europa (que se dice pronto) y tuvo más de 70 arcos.
La realidad, claro, es más prosaica, el pueblo se llama Pontedeume porque hay un puente que cruza el Eume, así de fácil. Este pueblo de noble historia fue fundado por el mismísimo rey Alfonso X el Sabio, en 1270, durante la época en la que la Villa se encontraba bajo la jurisdicción del señorío de la familia Andrade. La historia de Pontedeume está íntimamente ligada a esta noble familia, pues fue la época de los Andrade la que se corresponde con la de mayor esplendor y la que la que le dio a la Villa la identidad que hoy en día posee.
Actualmente Pontedeume es un pintoresco pueblo de las Rías altas que se caracteriza por la belleza de su entorno, la de sus mujeres, la alegría y ganas de organizar cosas de sus habitantes, lo rico que está el pulpo del Cien Pasos (restaurante situado a cien pasos del cementerio) y el pan de Boebre, así como por sus fiestas. La comarca es zona de veraneo y además tiene el plus añadido de estar pegado a Cabañas, mi puebliño, que es aún más bonito (perdonad, pero hay que barrer para casa).
A pesar del transcurrir de los años, el pasado medieval de la villa aún se deja sentir en sus calles. Todos los sábados se celebra un gran feirón que llena el pueblo de puestos de ropa, productos de la huerta, manualidades y sobre todo mucha gente paseando, curioseando, charlando y disfrutando. Este fin de semana se organizó el I Feirón Medieval de Pontedeume, una gran idea en la que se han volcado todos los comerciantes eumeses y casi todos los vecinos, es una gozada ver el pueblo engalanado con estandartes medievales y a niños y mayores disfrazados al estilo medieval. Ojalá tenga éxito esta iniciativa y se convierta en otro reclamo de la comarca.
Y esta mañana para celebrar el triunfo, a correr.

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