Hoy hay paella, qué delicioso manjar...

Tiene de todo, solo le falta el caviar......

Hoy, como todos los veranos, se ha celebrado la tradicional paella en el río Eume organizada por el Club Marítimo La Penela. Todos los agostos las familias y pandillas de veraneantes preparan sus recetas y cargan sus coches con todo tipo de accesorios para pasar cómodamente un día campestre y familiar. Aperitivos, sangrías, paellas ricas, paellas incomibles, más sangría, baños en el Río...todo muy divertido, la verdad. De pequeños íbamos con nuestros padres, jugábamos al fútbol y comíamos bien. De adolescentes íbamos en pandilla, bebíamos sangría como cosacos, comíamos fatal y nos dedicábamos a tirarnos al río desde el puente colgante y hacer el cafre. Ahora, ya talluditos, vamos en pandilla, llevando a los niños quienes los tienen. Ley de vida...

Hoy ha habido novedades reseñables. Por un lado se celebraba un concurso de paellas, ¡y mi pandilla ha ganado!, estaba riquísima y no sobró ni un granito de arroz. Por otro lado los amigos que de vez en cuando corremos nos propusimos organizar una carrera desde la Penela, en plena playa, hasta el campo donde se preparan y comen las paellas (Xunqueira de abaixo se llama), en resumen, más de 8 kilómetros de cuestas y mucho calor. Participamos unos 20 corredores y lo pasamos muy bien, sudamos la gota gorda y fuimos recibidos con aplausos y las paellas medio preparadas. Tuve un buen resultado, unos 37 minutos (poco más que el ganador) y me quedé encantado.

La anécdota de la jornada la protagonizaron las mareas vivas de agosto. La luna nueva de hoy ha hecho que a las 6 de la tarde se produjese la mayor marea del año (y yo creo que la más alta que recuerdo, salvo en caso de temporales). El mar y el río estaban tan calmados, y nosotros tan divertidos con las paellas, bañándonos, charlando etc que no nos dimos cuenta de la rápida subida del nivel del Río, con lo que varios coches acabaron con el agua del río rozando los bajos. No llegó a pasar nada irreparable, pero el caos que se formó, con todo el mundo corriendo de un lado para otro,la gente moviendo los coches, atascos, niños corriendo y demás parafernalia, fue como para rodar una escena de película de catástrofes. Eso sí, las risas no nos las quitó nadie.

Esta noche un merecido descanso, que ya va siendo hora.