DESAFÍOS...

"...sólo los que se atreven a llegar lejos, son capaces de llegar a saber lo lejos que pueden llegar..."
T.S. Elliot

domingo, 31 de octubre de 2010

A SANTIAGO VOY LIGERITO CORRETEANDO...

(Con mi paragüitas por si la lluvia me va mojando)


Hoy  domingo 31 de octubre, víspera de Todos los Santos, se celebró la 33ª edición de la Carrera Pedestre Popular  Camino de Santiago, organizada (con muchas críticas) por el diario El Correo Gallego.  No voy a entrar en las críticas que se han vertido sobre la organización, llevo pocas carreras y no soy voz autorizada, aunque personalmente no he visto ningún error y sí mucha amabilidad y esfuerzo. Había un montón de voluntarios soportando chaparrones para que todo fuese, como creo que fue, bien, creo que por eso ya se merecen un agradecimiento.

El caso es que se trataba de unos 12 km y medio por las calles de la capital gallega y meta del Camino.  En los meses que llevo metiendo cabeza en este mundillo de aficionados al correteo, me han aconsejado mil veces esta carrera. Y ahora que la he completado, tengo que decir que aunque solo fuese por los dos últimos km valdría la pena acudir aunque fuese desde 1000 km de distancia. Correr por las calles del casco antiguo de  esta maravilla de ciudad no tiene precio, dicen que Santiago es un milagro hecho de piedra para recibir  y acoger a los peregrinos.  Me gusta la frase así que la suscribo. La lluvia es muy molesta, pero yo creo que a Santiago le favorece. Al final de la carrera, ver las Rúas antiguas, mojadas, con charcos, con esa luz especial que le dan las nubes y la gente aplaudiendo sin parar refugiadas bajo sus paraguas, en contraste con el colorido de nuestras camisetas de color fosforito fue algo casi indescriptible. Y cuando encima empezaron a sonar las campanas de la Catedral, ya la cosa parecía de final de película épica. 


El cambio de hora hizo que me levantase despistado.  Poner el despertador a las 7 de la mañana un domingo no es normal en mí, por lo que me sorprendió despertarme descansado aunque en realidad es normal no habiendo salido ayer y durmiendo una hora más de lo esperado. 
A pesar de estar en uno de los últimos fines de semana largos de Año Santo, no hubo ningún problema ni de tráfico ni para aparcar en  Juan XXIII. A  las 9 y cuarto ya estábamos en Santiago Y a pesar de ser una de las carreras más multitudinarias de Galicia  a los 5 minutos ya teníamos nuestro chip  dorsal, se puede decir que fue llegar al Obradoiro y besar el Santo (muy propio ¿no?). Allí ya pudimos saludar a otros corredores  (ya tiene coña que el primero que me encontré fuese a Tom, de Puentedeueme) y hacer alguna foto turística. Me encantó el detalle de poner en mi dorsal, además del número y mi nombre y apellidos el apodo  de corredor (Cabañés).

Era una estampa graciosa ver el aparcamiento subterráneo literalmente invadido por corredores cambiándose al lado de nuestros coches,  calentando, poniéndonos el dorsal…Yo creo que no había nadie ahí aparcado que no fuese a la carrera.


El resto es rápido de narrar: lluvia, cuestas, charcos, lluvia, empujones, cuestas, más lluvia, sudor,  otra cuesta, y agua,  más agua y sufrir  y sobre todo disfrutar, disfrutar mucho….Galicia, el país de la lluvia, es lo que tiene. 
Nunca había corrido con tanta gente, hasta adelanté a un conselleiro de la Xunta de Galicia. 

¡Qué carrera más dura mi madriña querida!, había una cuesta tras otra. A falta de algo más de dos km sufrí el típico “punto” o flato del corredor y mi ritmo se ralentizó un poco, pero cuando me recuperé lo di todo y estoy encantado de poder decir que “volé bajo” por las calles del centro histórico y crucé la meta  situada en plena Plaza del Obradoiro (¡qué cosa más bonita!) esprintando todo lo que pude y adelantando a quien se me pusiese a tiro.Ahora estoy cansado, claro, además me enfrié un poco y llevo toda la tarde un poco flojo, pero estoy feliz de haber corrido.

Lo pasé muy bien, he quedado en un puesto más que aceptable y ya tengo una muesca más en mis tenis (así es como hemos llamado en Galicia toda la vida a las zapatillas de deporte). Mis compañeros como siempre, mejorando sus marcas. 



Hoy a tapear con los amigos y a dormir y descansar bien.   Mañana a correr un poquito y el año que viene a Santiago iré, ligerito, como dice la canción (¡y con paraguas!).  (52 minutos 17 segundos, 12.500 metros, puesto 500 y pico de 2908) 

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