DESAFÍOS...

"...sólo los que se atreven a llegar lejos, son capaces de llegar a saber lo lejos que pueden llegar..."
T.S. Elliot

martes, 6 de septiembre de 2011

¿Quién teme al lobo feroz?


El miedo es natural en el prudente, y el saberlo vencer es de valiente. Eso dijo el escritor, soldado y conquistador español Alonso de Ercilla.

¡Qué miedo he pasado ayer!. Para olvidar mis males, y después de una agradable tarde de playa, fui a entrenar. Como anteayer tocó la tirada larga de los domingos y además no venía a Cabañas ninguno de los habituales compañeros, decidí ir al Río Eume a subir cuestas. Quería repetir el entrenamiento de la semana pasada con el amigo Chedo, pero como iba solo, iba a hacer en vez de 15 km, 8.


Me noté muy bien, la subida intenté hacerla trotando el máximo tiempo posible, y caminando solo cuando fuera indispensable. Llegué a la Cantera del Eume (algo más de 3 km y una desnivel de 320 metros) en poco más de 24 minutos, encantado de la vida y maravillado de las vistas que se pueden apreciar desde allí (Rías de Ferrol, Ares y al fondo las Sisargas tras la Torre de Hércules).
Empecé a bajar a toda velocidad y enseguida me arrepentí de alargar la tarde de playa, ya que empezó a oscurecer. Corrí, corrí y corrí, salté troncos, charcos, piedras..."qué raro" este camino no me suena" pensaba, uyuyuy...mucho tiempo duraba esta carrera. A todo esto me crucé con dos corzos, una pequeña manada de jabatos, murciélagos y otros bichos nocturnos, vamos que empezaba a  "acongojarme".  

Habría que analizar por qué cuando uno tiene miedo empieza a cantar. Ahí estaba yo, corriendo todo lo que daban mis piernas y cantando, "lolailolailooo" e intentando tranquilizarme: Bueno, me he perdido, da igual, el río está allí abajo y todas estas bajadas acabarán allí, decía yo todo ingenuo. Pues no. De pronto los caminejos se acabaron y lo único reconocible que vi fue, allá enfrente, al otro lado del río, la silueta del fantástico monasterio de Caaveiro, que en teoría está a unos cuantos kilómetros río arriba de mi destino deseado.

Ya era casi de noche de verdad,  y la verdad es que tenía bastante miedo. Ya me imaginaba los titulares: "desaparecido un corredor en las Fragas del Eume y aparece 4 días después (aquí el imaginario titular pasó de "pesando 5 kilos menos" a "devorado por los lobos")",  así que después de agotarme un poco mas y no encontrar el camino, decidí subir otra vez a la famosa cantera y bajar corriendo por la carretera, que por lo menos me llevaría a una zona civilizada. Efectivamente, me llevó a orillas del Río Eume...pero a unos 5 km de donde tenía el coche aparcado.

Total, que llegué a casa destrozado y hoy mis piernas dolían como si hubiese corrido un maratón, osea que hoy solo remé un poco en kayak y luego hice una hora y media de bicicleta, que viene bien para descargar las piernas. 


Una aventurilla de corredor para contar a los nietos...

4 comentarios:

  1. Me han pasado cosas parecidas, tengo un pésimo sentido de la orientación, siempre acabo saliendo de las situación, pero haciendo como tú muchos má kilómetros de los esperados. Suerte con lo del empleo

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  2. Esa foto que has puesto parece la imagen promocional de "El Exorcista" ¿que no?

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  3. Jaja, te voy a exorcizar yo a ti...
    Ahora me río, pero las pasé canutas.

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  4. jajaja, comprate un garmin jajajaja, lo que no te pase a ti tio .
    Pedro.

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