DESAFÍOS...

"...sólo los que se atreven a llegar lejos, son capaces de llegar a saber lo lejos que pueden llegar..."
T.S. Elliot

domingo, 20 de enero de 2013

La lluvia cae sobre el suelo gris...

Pero espera, descuida, que ya vendrán, los buenos tiempos volverán,  pero espera descuida, que ya vendrán...la lluvia los devolverá. (Esos ojos negros, Duncan Dhu)

(Ferrol bajo la lluvia,foto de Tomás Masito)

Galicia, la tierra de los mil ríos, dicen. Galicia, donde el cielo es siempre gris, cantan. Galicia, donde la lluvia tiene 100 nombres, escriben....

Vamos, que no para de llover. Llevamos unas semanitas de lo más mojados. Estos últimos días han sido especialmente malos, estamos bajo el influjo de una (otra) "ciclogénesis explosiva", o sea, temporalazo de toda la vida con nombre científico. Esta vez el temporal ha sido bautizado con el sonoro nombre de "GONG". Carreteras cortadas, bajos inundados, ríos desbordados, cortes de luz, carreras aplazadas, el agua saliendo a borbotones por los sumideros, alguna gotera inoportuna, cielo y suelo gris, peligro al volante.... ley de vida, y en Galicia más.

A mi, a pesar de ser un playero empedernido, me gusta la lluvia, me encanta estar calentito en casa y ver a través del ventanal los chaparrones caer. Ahora que oigo un poco mas, me hipnotiza el sonido de la lluvia golpeando los cristales o la persiana por las noches. Pero por muy bonito que sea eso y muy verdes que sean los campos y árboles, cuando se eterniza el caer de agua, uno, ni siquiera un optimista, puede evitar cansarse y entristecerse un poco. 

Por si uno no tuviera bastante con la parte triste de la vida real, en la que los periódicos cada día se superan en cuanto a informarte de robos, corrupciones, caraduras, ex ídolos deportivos que confiesan su dopaje ( y harán caer otro ídolos, me temo) y otras lindezas, encima los días son grises y oscuros. La gente se amodorra en casa, no apetece salir, si vives en el campo te da pereza (o prudencia) conducir hasta la ciudad a tomar algo...un rollo, en definitiva. Menos mal que sabemos que después de la tormenta siempre llega la calma y que "nunca choveu que non escampara", y eso nos da ánimos para seguir adelante. 

Siendo corredor popular en Galicia uno ya está acostumbrado a soportar toda clase de inclemencias en las carreras, corremos contra viento y marea,  a algunos incluso nos gusta correr bajo la lluvia, a mi en particular me motiva, me siento mejor. Sobre todo me gustan las carreras en las que llueve, parece más épico. Pero una cosa es que te pille el chubasco una vez que has empezado a correr y otra es animarte a salir cuando llueve. Reconozco que estar calentito en casa y ver como chorrea sin parar hace que me de pereza "ponerme de corto" darle a la zapatilla. 

Pero hoy necesitaba correr. Suelo correr con gente, soy de los bichos raros que prefieren correr acompañados, aún así, hoy me apetecía hacer km a solas en plan "depuración". Hacer una tirada larga sin preocuparme del ritmo de los demás ni de llegar tarde a ningún sitio. En estos casos lo mejor es hacer un recorrido lineal, que no sea circular, para evitar la tentación de quedarte a la mitad, así que fui a la carretera de las Fragas del Eume, uno de esos paraísos cercanos, si dejas el coche en el aparcamiento y corres hacia Caaveiro, no te queda más remedio que volver luego. 

El Río desbordado
Ha sido una auténtica gozada. Con este tiempo y  a esas horas no había cazadores, gracias a Dios. Correr sin mirar el reloj, bajo la lluvia, por esa carretera/corredoira que sigue el curso del río, rodeado de regatos, helechos, carballos, fauna autóctona y algún que otro paseante  loco, abrigado y a cubierto bajo su paraguas,  encantado de ver que hay gente más loca aún, no tiene precio, como decía el anuncio. 

En fin, el resultado es que esta mañana de domingo han salido unos 22 km en algo así como dos horas, por carretera, barro, agua (estos días han abierto el embalse y el nivel del río supera la carretera en varios tramos) algo de monte e incluso rocas, por las pozas una vez pasado el fantástico monasterio. Todo ello sin parar de llover, sin aburrirme ni un minuto, sintiendo como cada km me fortalecía y cada gota de agua que me mojaba se llevaba el sudor y los agobios. Después de estirar bien, una caña, un buen caldo gallego y una pequeña siesta, me siento como nuevo, feliz como una perdiz y con muchas, muchísimas ganas de seguir adelante, que queda mucho camino por andar y hay que recorrerlo, llueva o haga sol. 

Que llueva, que llueva, que xa escampará. 

2 comentarios:

  1. Estoy de acuerdo en casi todo... en carrera te da igual lo que te caiga, pero entrenando es horrible cuando tienes que salir ya lloviendo, otra cosa es mojarte en mitad de rodaje, ya vas caliente y te da igual. La pereza, esa sirena que te susurra al oído, ya sabes. En cualquier caso, dame lluvia mil cien veces antes que calor. El calor es lo peor. Ah, y que escampe en julio y agosto, por favor, que estamos de agua hasta el moño... vaya con el inviernito "de los de antes" que nos estamos gastando este año, jaja

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  2. Bien Miguel ,esa es la linea , quizas , tengas "en ocasiones" que entrenar tu solo, para exigirte esos kilometros que anhelas.Mucha fuerza para esta semana.
    Pedro.

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