DESAFÍOS...

"...sólo los que se atreven a llegar lejos, son capaces de llegar a saber lo lejos que pueden llegar..."
T.S. Elliot

miércoles, 29 de enero de 2014

42 ( y un poquito más)...la obsesión

Aquí estamos de nuevo. Tras una pausa, año nuevo, entrada nueva. 
Lo curioso es que seguimos como a fines del pasado año, en plena "ciclogénesis explósiva". Hablaba hace un par de meses del anuncio de Gadis y su optimista y entrañable "se chove que chova", está claro que el genio publicitario este año ha acertado de pleno. Todos los días nos acordamos de esa frase. Tan mojados estamos que yo creo que nos va  a salir musgo en la cara norte y que en breve vamos a ir revisando el refranero, ¡eso de que "nunca choveu que non escampara" empieza a ser dudoso...!

Hace muchos años que no teníamos un invierno tan malo. Decía la canción del mítico grupo vigués Siniestro total que en ésta, miña terra galega, el cielo es siempre gris. ¡Gran verdad! hace que no vemos cielo azul una eternidad. No nos falta de nada:  tenemos frío, también viento y hasta nieve. Cae granizo, hay alertas de todos los colores, vemos buques accidentados, inundaciones, árboles y farolas caídos. Las olas causan tragedias, las mareas vivas llegan a la puerta de casa. Caemos en gripes y resfriados...y, sobre todo, "habemus" lluvia. Mucha lluvia. Llueve sin parar, agua y más agua, charcos, paraguas rotos, zapatos de repuesto en el coche, y venga a caer agua...

En Galicia, donde acaba el mar,  tenemos infinitos nombres relacionados con este tiempo. Llevamos semanas y semanas viviendo dentro de un neboeiro, pasando de mojarnos con orballo, chuvisca y barbaña a empaparnos con la arroiada y chaparrada. Vamos, que llueve a cántaros. Estos últimos días la cosa evolucionó al granizo o sarabia como dicen los vecinos lusos. Ayer nadé en la piscina descubierta y había tal ventarrón que se formaban "borreguitos" de espuma en el agua, amenizado todo ello con rayos, treboadas y torbón....Una delicia, en suma. 

Y claro...con este tiempecito, lo de salir a correr con regularidad es complicado. Si sales de trabajar tarde y tienes que conducir hasta casa por una carretera oscura, llena de charcos, curvas, faros que te deslumbran...lo que te apetece al llegar a casa es refugiarte en el sofá, tapado con una manta (de cuadros por supuesto). Es comprensible, no digáis que no. Lo que pasa es que el destino, la casualidad o el hecho de formar parte de "esos locos que corren" hacen que al ver que el cuentakilómetros del coche marca el número mítico 42 al aparcar...cambia las cosas. 

¡El número me persigue! Este año acaba en 4 y empieza en 2, este mes he cumplido 42 tacos, 42 son los km que conduzco hasta el trabajo (por carretera y dando un par de rodeos para evitar atascos, sí, pero 42 km), llevamos 42 días sin dejar el paraguas, me compro unos pantalones y me cobran 42 euros, 42 es mi numero de "tenis" (zapatillas para los no gallegos), 42 expedientes he tenido que ventilar estos días, 42 largos hice ayer en la piscina  bajo la lluvia (es olímpica ¡eh? no es que sea un vago) 42 km son los que corrí la semana pasada,42, ...¿será una señal?¿será el destino?¿será el tu voz, será el licor...? ¿qué será, será? no lo sé, pero este año cae otro maratón, está decidido. 

Es curioso que de pronto me apetezca tanto, ya que llevaba una época desmotivado en cuanto a correr. Ni siquiera frecuentaba los foros de corredores ni miraba el calendario de carreras o los resultados de los conocidos.  Bienvenida sea esta nueva idea. Estoy en un momento bajísimo de forma, pero quedan meses por delante, así que a ponerse las pilas toca. A incrementar km semanales, alimentarse mejor, escoger las carreras y planes de fin de semana y disfrutar del desafío. Vuelvo a visitarte, Filípides, lo haga bien o mal, cojeando o sprintando...no lo sé, pero el año de mis 42, mis piernas van machacar otra vez los 42 (y pico) km

Pues en esas estamos, se chove, que chova, me da igual porque ahora sí que queda mucho camino por andar...¡y tanto!