jueves, 27 de febrero de 2014

Disfrutar desde la barrera.

El pasado domingo, 23-F, se celebró en Coruña el campeonato de España de Medio Maratón, La Coruña21. De 6 ediciones que se han celebrado, 4 desde que empecé a correr, sólo he participado en dos, la tengo medio gafada.

(Killo sufriendo tras "hacer mi marca")
En Galicia seguimos viviendo sumidos en un perpetuo temporal, encima salgo tarde de trabajar y desde enero, a la gripe le sucede amigdalitis, que a su vez se enlaza con un resfriado, que se conecta con vagancia o pocas ganas, con lo que los entrenamientos este ultimo mes y medio han brillado por su ausencia, claro. Ya escribí que este año pensaba seleccionar un poco las carreras y no machacarme en el asfalto, por supuesto menos aún sin estar entrenado. Así que, muy a mi pesar y aún estando inscrito, no participé en La Coruña21, sino que le cedí el dorsal a mi casi hermano gaditano Killoke y le acompañé a la carrera, así aprovechar para ver el campeonato, animar a los corredores y, como no, saludar sin parar, hacer vida social y tomarme un par de Estrella Galicia, por supuesto. 

(Pedazo carpa y pedazo club)
Dejamos el coche en el aparcamiento de mi trabajo y en cuanto saludé a los policías de la puerta ya no paré de charlar con conocidos en toda la mañana. El calendario de carreras está tan saturado que esta vez faltaron muchos de los habituales ferrolanos, aunque sí estaba el fenicio (de Fene) Ton y el jevorro de Alfonso, jeje. También estaban mis compañeros del Club Atletismo Sada, con su carpa/guardarropa/punto de encuentro que parecía el centro del universo, entre corredores, corredoras y amigos y familiares, debíamos ser unos 40 del club, por lo menos.

(Fon, Killoke y servidor en medio)
El circuito este año era diferente, en lugar de ser 3 vueltas idénticas a un circuito llano se daba una vuelta de 7 km y otra más larga, de 14, una de las tres vueltas de que consta el Maratón La Coruña42, que se celebrará el 27 de Abril, y que espero poder disfrutar, sino entero, un par de vueltas. La verdad es que para el público es un buen circuito, porque con cruzar un par de calles, puedes ver la carrera continuamente. 

(Lamdassen, apoyando el reto acondroplasia)
En cuanto los amigos empezaron a calentar y se situaron en la salida me uní a una buena pandilla de "animadores", con los que lo pasé como un enano. Mucha gente me pregunta cómo puede gustarme ver carreras (que me guste correr lo van entendiendo), dicen que es aburrido, que no es lo mismo que un partido de fútbol o tenis. Pero a mi me gusta, me lo paso muy bien envidiando el estilo de unos, riéndome de las pintas de otro, alucinando por cómo corre ese vejete,   flipando con que la chica guapa que veo a veces por cerca de mi trabajo también participe en carreras o riéndome de las anécdotas que suelen pasar. En esta ocasión, en pleno campeonato de España, el coche con el crono que abre la carrera se caló solo empezar y hubo que repetir la salida ¡eso fue un caos! menos mal que la gente se lo tomó a cachondeo y ya se conoce a esa salida como el momento "arráncalo por Dios" en plan Carlos Sainz y Moya. Vamos, que disfruto "desde la barrera" también. 

De esta carrera en particular, aparte de quedarme afónico como siempre y reirme de lo lindo con las ocurrencias de mis compañeros, he disfrutado viendo los impresionantes sprints de llegada a meta de los campeones Ayad y Alessandra (mínimas para el campeonato del mundo, ahí es nada) pero sobre todo, de la llegada a meta de una conocida que entrena en "mi" pinar de Cabañas

Paula es una chica joven (no llega a 25 años) que lleva corriendo toda la vida, ha sido campeona de España en varias distancias y categorías, suele entrenar en el pinar y conoce a todos los corredores de la zona. Con eso de coincidir mucho corriendo  (ella delante, claro, jeje) y  sobre todo en el "banco de estirar" en la clásica charla final de los entrenamientos, todos seguimos su evolución y la animamos, claro. 
(Tres eran tres en el banco de estirar)
Después de una lesión que le ha tenido algo apartada de las carreras, lleva unas semanas que cada vez que miro al pinar allí está ella, con sus "liebres" corriendo a toda pastilla, y yo muerto de envidia, claro. Nos había comentado que se iba a estrenar en esta distancia en La Coruña21, y yo pensé que haría una marca de entre 1.22 y 1.26. Ella corre mucho pero no dejan de ser 21.097 metros y la primera vez que participa.

Pues allí estábamos, viéndola pasar (yo estaba con Alex, uno de sus "liebres"),  animándola sin parar y comentando las incidencias. A la hora de empezar la carrera nos pusimos cerca de meta para ver las llegadas y, a la hora y 17 minutos del disparo de meta allí la vimos, esprintando, con su típico gesto de esfuerzo y una cara de emoción que se nos contagió a nosotros. En cuanto cruzó la línea de meta se puso a llorar mientras el público se desgañitaba animándola, y allá fue Alex corriendo a abrazarla. Parece una chorrada, y los que no estén en este mundillo al menos como aficionados "paquete" como yo, no lo entenderán, pero ese momento fue uno de esos que te animan a seguir corriendo y disfrutando de esto. 
(La imagen de la carrera. Enorme Paula)

Dejo la imagen de sus lágrimas al llegar y los aficionados al fondo animándola sin parar. Hasta ahora las imágenes que tenía de ella era verla corriendo siempre con cara de esfuerzo y estirando en el banco, ahora se une esta cara de sincera emoción. Por cierto que Paula, miembro del equipo Bikila, ha creado una escuela de Atletismo, tanto para niños como para mayores, así como ya iniciados o "novatos" muestra de que vive el atletismo como debe ser.

Así pues, por un lado me fastidió perderme la carrera y por otro me alegró poder disfrutar de estos momentos desde la barrera (si hubiese participado, me lo habrían contado media hora más tarde, jeje).   Acabo por hoy, a ver si empieza la primavera y vuelvo a correr más a menudo y escribo más.

1 comentario:

  1. Lo de un par de vuelta en la maratón ya no cuela, ya sabemos que luego la haces entera.
    Un abrazo

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