lunes, 5 de enero de 2015

Chocar las manos, nadar contracorriente y arrancar alegría a la vida


¡Enero de 2015!. Nos hacemos mayores, uno está ya más cerca de los 50 que de los 35 y empezamos el año en que el Delorean de Marty McFly regresa al futuro y le lleva a conocer a sus hijos...hace casi 30 años estaba en el cine muerto de risa viendo esta fecha y ya ha llegado, tempus fugit. 



Con esto de cumplir años a principios de enero se juntan las fiestas familiares con las juergas locas, los regalos de Reyes con los de cumpleaños y los buenos propósitos de año nuevo con los que uno suele hacerse al ir ganando experiencia. Esa experiencia hace que la gran lista de objetivos imposibles de cada enero vaya convirtiéndose, con los años, en una pequeña lista de metas alcanzables, siempre y cuando se ponga algo de nuestra parte, claro.

A finales de diciembre ya tenía pensadas esas pocas metas: Mantener y hacer mejor mi trabajo, ser mejor persona y cuidarme más y tener más sentidiño en los desafíos deportivos, los cuales se van a limitar en un par de  medias maratones más o menos bien hecha (Vig Bay en primavera y la inexcusable Vuelta a la Ría, Memorial Adolfo Ros en invierno), un maratón sin agonizar (o sea, preparándolo al menos un poco) y quitarme la espina de la travesía a nado de 10 kilometritos, ahí es nada. Eso sí, con sentidiño, jeje. 

Pues bien, como suele pasar, un par de fiestas, una anécdota graciosa, una charla y coincidir con alguien especial, hace que cambie la perspectiva y que esos objetivos no sean al final una meta, sino el camino para llegar a ella. 

El Eumés José y un nuevo amigo compañero de nombre, carreras y algunas juergas el otro día, tras la cuarta cerveza de hidratación post carrera San Silvestre, comentaban coincidiendo conmigo al 100 por 100, que sólo el hecho de chocar palmas con niños que nos animan en competiciones compensa el esfuerzo, el madrugón, las agujetas y los sudores sufridos.  Uno agradece ver que no es el único corredor moñas y me gustaron esas palabras, justo a mi, que para animarme a acudir a alguna carrera cuando me da pereza miro alguna foto en la que choco las palmas de alguien del público. 

El recordar lo bien que lo paso en las carreras, travesías etc... es lo que me animó a acudir a la primera travesía del año, justo el día de mi cumpleaños. Se trataba de la IV Travesía a nado organizada por el Liceo Coruña en beneficio de la Asociación Gallega de Afectados por la ELA, esa terrible enfermedad (AGAELA).  El madrugón me sentó fatal, estaba nervioso (como siempre), el día estaba gris, tenía catarrazo y resacón, hacía un frío horrible, el neopreno no me cabía bien ( o encogió o me pase con las fiestas navideñas), el agua estaba a unos 12 o 13 grados...en fin, un cúmulo de circunstancias que invitaban a poner cualquier excusa y volver a meterme debajo del edredón. 


Aún así había que acudir, ya que era por una buena causa, ayudar a dar a conocer esta enfermedad y contribuir con unos pocos euros y ya de paso cumplir años haciendo algo de ejercicio y realizando la buena obra del día. Como siempre, a los 10 minutos saludando a todos los conocidos que participaban y riéndonos de nosotros mismos, se me pasó la pereza. Los mil metros entre cubitos de hielo se me pasaron enseguida y el chocolate calentito y demás viandas me sentaron estupendamente, pero lo mejor fue al final. Uno de lo afectados por la ELA , Fran Otero,que lleva 18 años soportando la enfermedad, nos dirigió unas palabras pregrabadas en las que (como dijo mi amiga Bea) nos dio una lección a todos de vitalidad, superación, entusiasmo y ganas de vivir, haciéndonos ver que somos afortunados.  Por su parte su mujer, Damaris, con una sonrisa y una cara que refleja bondad, nos enseñó lo que es amor con mayúsculas hacia su marido. 

De sus palabras y de la charla cervecera con mi tocayo sale el título de la entrada de hoy y la meta a la que conduce mi mucho camino por andar este 2015: Chocar muchas manos, nadar (y correr) contra corriente y arrancar cada día alegría a la vida.  




2 comentarios:

  1. Eres todo corazón y una personita admirable, Migueliño! Feliz noche de Reyes!!! Mua

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  2. Unos grandes propósitos que comparto, Feliz de Todo

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